Es de agradecer que en los años 80 se crease a golpe de talonario publico la famosa movida madrileña, un conjunto de grupos y artistas que, en teoría dejaron atrás la forma de cultura tradicional y consiguieron cambiar el concepto de arte subversivo que se había dado durante la dictadura franquista. Apoyados por las continuas subvenciones del PSOE, el marco cultural que la heroína provocaba y un nihilismo descafeinado basado en fiestas interminables, presentó un cambio social hoy vanagloriado por los nostálgicos, gran parte de los indies, y los que, gracias a ella terminaron en buenos puestos de poder empresarial. (SGAE, Dro…)
Bajo mi punto de vista fue una maniobra maestra, puesto que gracias a ella consiguieron crear una perfecta cortina de humo para metérnosla doblada con la transición y hacernos olvidar los problemas reales que afectaban a la economía social… Mientras en diferentes poblaciones de España los tanques paseaban por las calles (la batalla de Euskalduna, los tanques de la guardia civil entrando en Reinosa, las huelgas de los astilleros gijoneses, los últimos coletazos de la llamada huelgona…) en el centro de Madrid se vivía un circo del que todos los artis que se preciasen formaban parte. Creo, desde mi humilde opinión, que la permisividad gubernamental hacia la movida fue similar a la que tienen los padres cuando ven a su hijo hacer una fechoría menor y no le regañan, puesto que todos tenemos que tener nuestra parte de “protesta tolerada”, ahora si, cuando el hijo saca las patas de atrás y por fin se rebela, los padres actúan con una dureza inusitada. Eso fueron los felices 80.
(Ante todo no quiero juzgar la calidad artística ni poner en entredicho la buena fe de muchos de los que participaron en esto, simplemente me gustaría dar mi humilde opinión acerca de algo que, bajo mi punto de vista fue uno de los más efectivos golpes de efecto que se han dado a la “contracultura” en los últimos 30 años.)
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